En la actualidad, la mayoría de los edificios religiosos en Francia son propiedad del Estado, aunque hay algunos que son propiedad de las respectivas organizaciones religiosas. Los edificios religiosos propiedad del Estado suelen ser administrados por el Ministerio de Cultura y son utilizados para fines culturales o turísticos. Los edificios religiosos propiedad de las organizaciones religiosas suelen ser administrados por estas organizaciones.

En Portugal, durante la Revolución de 1974, la mayoría de los edificios religiosos fueron confiscados por el Estado y se utilizaron para otros fines, como escuelas o hospitales. En 1979, se promulgó una ley que establecía que la propiedad de los edificios religiosos sería transferida a las respectivas organizaciones religiosas. Sin embargo, este proceso no fue completado hasta muchos años después pero la mayoría de edificios religiosos siguen siendo propiedad del Estado en la actualidad.

En Italia, la propiedad de los edificios religiosos suele ser un tema complicado y ha sido objeto de debate durante muchos años. Durante el período fascista, muchos edificios religiosos fueron confiscados por el Estado y se utilizaron para otros fines, como escuelas o hospitales. En la actualidad, la mayoría de los edificios religiosos en Italia son propiedad del Estado, aunque hay algunos que son propiedad de las respectivas organizaciones religiosas.

En Alemania, la propiedad de los edificios religiosos es un tema complicado y ha sido objeto de debate durante muchos años. Durante el período nazi, muchos edificios religiosos fueron confiscados por el Estado y se utilizaron para otros fines, como escuelas o hospitales. Después de la Segunda Guerra Mundial, se promulgó una ley que establecía que la propiedad de los edificios religiosos sería transferida a las respectivas organizaciones religiosas. Sin embargo, este proceso no fue completado hasta muchos años después y muchos edificios religiosos siguen siendo propiedad del Estado. En la actualidad, la mayoría de los edificios religiosos en Alemania son propiedad del Estado que tiene una política de neutralidad religiosa y no toma partido en cuestiones de fe.