La inmatriculación de una finca es el proceso mediante el cual se da de alta por primera vez una propiedad inmueble en un registro público y se le asigna un número de registro. Este proceso es necesario para poder demostrar la propiedad de una finca y para poder realizar ciertos trámites legales relacionados con ella, como la venta, el alquiler o la hipoteca.

La inmatriculación de una finca suele ser necesaria cuando se adquiere una propiedad inmueble por primera vez o cuando se adquiere una propiedad inmueble que no está inmatriculada. También puede ser necesario inmatricular una finca nuevamente si se cambia de propietario o si se realizan ciertas modificaciones en la finca que afecten a su descripción o a su ubicación.

El proceso de inmatriculación de una finca puede variar ligeramente de un país a otro, pero en general suele incluir la presentación de ciertos documentos y la realización de una descripción detallada de la finca, incluyendo su ubicación, sus linderos y sus características. También puede ser necesario presentar un plano de la finca y pagar ciertas tasas o impuestos. Una vez completado el proceso de inmatriculación, la finca queda registrada en el registro público y se le asigna un número de registro, que se utilizará en todos los trámites legales relacionados con ella.